Una jornada de paro docente establecida por los gremios del sector amanecía en una ciudad extrañada por la ausencia del tránsito habitual que la frecuenta cada día.
Sin embargo para nosotros, docentes de la E.E.M. Nº8 "P. Carlos Mugica de la ciudad de Junín, el extrañamiento reconocía otros orígenes. Un hecho trascendental en la vida de nuestra escuela, una experiencia de excepción en nuestra tarea docente: Luis A. Okier entre nosotros...
Para quienes no lo conocen, Luis es alumno de 3º año -Bachillerato en computación- en la dependencia que tiene nuestra escuela en la UP Nº16 dependiente del Servicio Penitenciario Bonaerense en la ciudad de Junín.
En el transcurso de agosto/setiembre obtiene su libertad, su anhelada libertad. Y todos aquellos que trabajamos en contextos de encierro sabemos que este acontecimiento se trata de un hecho excepcional que produce un quiebre en la "rutina", que renueva la "esperanza", que -digamoslo aunque parezca una redundancia- "vitaliza la vida".
Sin embargo, algo no sabíamos: Luis decidió, una vez en libertad, terminar su tercer año, rendir libre el trimestre que faltaba y por eso estuvo entre nosotros el 29, como un hombre libre que se proyecta, que tiene la firme intención de hacer lo mismo con 4º año -el último de la carrera- y luego seguir estudios en otro nivel.
Quizá él no lo sepa pero su presencia constituyó un "quiebre", una "marca" en nuestra vida institucional.
Quizá él no lo sepa pero su decisión de terminar 4º constituye ahora nuestro desafío.