En el transcurso del año 2003 La Dirección General de Cultura y Educación del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires elaboró e implementó el Módulo 1 de un proyecto de capacitación para docentes de escuelas en ámbitos carcelarios: "Educación e institución escolar en ámbitos carcelarios".
El desarrollo de la propuesta reservaba una actividad grupal no presencial para nosotros los cursantes. Con la intención de mejorar la calidad de los procesos pedagógicos, revalorizar y reformular experiencias proponía identificar aspectos específicos de la vida institucional sobre los cuales sería necesario establecer acuerdos.
Elegimos "la creación de un pabellón para los estudiantes"... un antiguo anhelo entre los docentes del nivel medio que conocimos los aspectos positivos que promovía en los comportamientos de los alumnos en otros tiempos de nuestra historia institucional.
Y lamentamos su desaparición por cuestiones seguridad.
Este recuerdo firmemente instalado en nuestro imaginario colectivo nos llevó a plantear "la vuelta" de un pabellón para estudiantes como un aspecto específico de la vida institucional sobre el que era necesario establecer acuerdos.
Elaboramos, entonces, la fundamentación correspondiente [ir al documento] con el objeto de diseñar, desde una perspectiva educativa, una propuesta de construcción de acuerdos y compromisos de acción...
Hoy, noviembre de 2006, no hemos logrado concretar ese viejo anhelo. Pero queremos repensarlo, desde algunos acontecimientos que tuvieron lugar en un encuentro de trabajo con las autoridades del penal en mayo de este año. Allí volvimos a insistir con la idea.
Debemos decir que esperabamos una negativa fundada en "cuestiones de seguridad", que por cierto no faltó a la cita, pero que tuvo un matíz inesperado : "no podemos crear una isla en el penal"...
Cuando salimos de esa reunión fuimos a releer nuestro trabajo ya archivado pero siempre latente.
Los ojos eran los mismos, la lectura no...
En aquel momento entendíamos que la "situación escuela" reproducida en los pabellones podía constituir un "quiebre" una "grieta" en esa estructura total; ahora, la "palabra" del agente penitenciario nos interpela: pabellón evangélico, pabellón católico, pabellón de estudiantes, pabellón...
¿no se alinea nuestra propuesta de 2003 con ese "círculo vicioso" que pretendíamos denunciar?...
¿no termina nuestra propuesta convirtiéndose, en algún sentido, en "instrumento del instrumento"?
En fin, algunas cuestiones para reeditar ¿un viejo debate?
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